Critica en Diario LA MAÑANA

El espectáculo bajo la lupa.-04/08/09



Un crimen sobre el diván

Neuquén > Entre procesos transferenciales y contraferenciales, cruzados por una alta cuota de delirio, se desarrollan las nada sanas relaciones entre los cuatro protagonistas en la puesta de la obra “Criminal”, que el flamante elenco de “Crash Teatro” estrenó el pasado sábado en Teatro del Viento.
A sala llena, y con el clima de expectativa propio de un estreno, Silvana Feliziani, Gustavo Lioy, Leonardo Nebbia y Santiago Salaburu lograron superar con soltura el desafío actoral que planea la pieza, bajo los lineamientos de Pablo Todero.
En “Criminal”, la relación de poder que suele regular el vínculo psicoanalista-paciente se invierte hasta tal punto, que los primeros terminan por convertirse en títeres del psicótico juego de los segundos. En la piel de Diana y Carlos, una pareja al borde de la ruptura que está envuelta en una trama de celos, desconfianza, intolerancia y rutina, Feliziani y Salaburu logran una reconstrucción certera de la naturaleza perturbada de estos personajes que coquetean con la depresión, la manía y la paranoia, hasta rayar el absurdo, alcanzado un eficaz efecto humorístico. Del otro lado, por momentos desde la posición de oponentes y por otros desde la de aliados, se sitúan los terapeutas encarnados por Lioy y Nebbia. A ellos, además del recelo profesional, los separan reparos morales y éticos. Doctor A (Lioy), es un hombre cuyo único interés por sus pacientes reside en la capacidad que tengan de pagar la consulta, y el Doctor Juan Bueras (Nebbia), se vincula emocionalmente en la historia de quienes lo consultan hasta puntos peligrosos. La oposición entre ambos personajes se percibe hasta en el manejo gestual y corporal de cada uno, lo que manifiesta tanto el muy buen trabajo interpretativo de los actores como el apuntalamiento de parte del director.
Desde su planteo escénico, con pocos elementos, la puesta logra reproducir los tres ámbitos en los que se desarrolla la acción. Como no hay apagones que puedan mediar cambios, las luces son las encargadas de mudar los espacios y los tiempos del relato.