Nota en Diario RIO NEGRO - 01/08/09

Una "Criminal" parodia al psicoanálisis

La obra de Javier Daulte se estrena hoy en Neuquén.

Cuestiona los lugares comunes de la terapia.


Actúan Silvana Feliziani, Gustavo Lioy,
Leo Nebia y Santiago Salaburu,
bajo la dirección del neuquino Pablo Todero.

NEUQUÉN (AN).- Un crimen pasional está a punto de suceder. El psicoanálisis podría tener las claves para encontrar a alguien capaz de impedirlo. A partir de allí se desencadena la trama de "Criminal", la obra de Javier Daulte.
Un matrimonio, dos psicoanalistas, una muerte latente y la locura evidente, son algunos de los ingredientes de esta rara y oscura mezcla de policial negro, comedia y parodia a las teorías y practicas del psicoanálisis.
El elenco Crash Teatro estrenará esta pieza hoy a las 21:30 en Teatro del Viento, Juan B. Justo 648. Las funciones se repetirán todos los sábados de agosto y setiembre, y luego la obra saldrá de gira por localidades del interior provincial.
"Son dos psicoanalistas y una pareja que él está analizando y hay un crimen que se va a develar sobre el final. Es una parodia al psicoanálisis y al discurso que tiene la clase media con respecto al psicoanálisis. Daulte la define como una pequeña transferencia contratransferencial que es esa relación entre paciente y terapeuta y cómo muchas veces, los problemas del paciente pasan al terapeuta y él los hace propios. La obra habla también de cómo el psicoanálisis se volvió en la clase media en algo tan como común como salir a tomar un café y cómo el lenguaje psicoanalítico está incorporado al lenguaje cotidiano de la clase media", explicó el director de "Criminal, Pablo Todero, que en Neuquén debuta en la dirección con esta historia.
Javier Daulte es uno de los más prolíficos autores de la dramaturgia moderna argentina. Su título en psicología lo impulsa a incorporar en sus obras un fuerte contenido psicológico. Y sumado a eso, su particular visión del teatro moderno dan como resultado productos de impactante riqueza escénica y de contenido.
Daulte lleva a todas partes del mundo sus propios axiomas: el teatro no puede cambiar la realidad, el teatro es realidad; el teatro no intenta decir, el teatro dice; el teatro no debe transmitir ideas, sino inventarlas; el teatro es ante todo un juego reglado.
Es por eso y por mucho más que "Criminal " es una obra que se convirtió, al ser terminada, en un juego entre lo real y lo aparente. Es un juego de poder y de puros deseos (entre los miembros de ese matrimonio y entre cada paciente y el terapeuta), donde se busca reforzar lo relativo, llegando a un cuestionamiento absoluto de la verdad y del progreso del hombre.
Según la ideología de este dramaturgo que trabaja en España, el espíritu escénico de "Criminal" se define como "un cuadrilátero donde se dirimen férreas luchas del inconsciente.
Espacio dramático contundente y despojado que se presenta como el universo de la psiquis humana. Entre sueños, desprolijidades y represiones, los personajes, expuestos en carne viva, se debaten en un ringside minimalista del que no hay salida y en el que no es posible ningún encuentro. El motor que mueve a estos seres es exclusivamente su propio deseo, despojado de todo aspecto sentimental y que determina así, sin contemplaciones su accionar".
Cuando Pablo Todero tomó contacto con la obra de Daulte, sintió ese impulso creador de poner en acción, la palabra. "La obra es impresionante; es muy redondita. Permite un juego escénico bárbaro; no hay apagones, los personajes entran y salen permanentemente de escena sin cortes, todo transcurre delante de los ojos del espectador. Además trata un tema que se actualiza todo el tiempo", dijo.

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